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miércoles, 12 de noviembre de 2025

La próxima tormenta fiscal (y el paraguas que no tenemos)

A nadie le gusta pagar impuestos, pero a este Gobierno le gustan tanto que los colecciona. Desde Moncloa aseguran que no habrá nuevas figuras fiscales “en el corto plazo”. Traducido del lenguaje político: denos unos meses.

La economía española camina con muletas. El gasto público crece más deprisa que el PIB, la deuda exterior se desboca, y los intereses que antes eran calderilla hoy se cuentan en miles de millones. Bruselas ha vuelto a ponerse seria con las reglas fiscales y exige reducir el déficit. ¿Cómo se hace eso sin tocar el gasto ni recortar las promesas electorales? Pues ya saben: más impuestos, pero con otro nombre.

Lo llamarán “reforma fiscal verde”, “ajuste progresivo” o “armonización solidaria”. Pero el efecto será el mismo: menos dinero en el bolsillo del ciudadano medio, que ya paga gasolina cara, luz inflada y un IRPF que se niega a bajar pese a la inflación.

No es descabellado imaginar una nueva hornada de tasas:

  • Un impuesto “medioambiental” sobre el transporte y la energía.

  • Una revisión “técnica” del IRPF que, curiosamente, recaude más.

  • Y, cómo no, una “actualización” del IVA o de los impuestos especiales, esos que suben sin que nadie lo note… hasta que toca llenar el depósito o comprar una cerveza.

El relato oficial será el de siempre: “contribuir al esfuerzo común”, “hacer más justa la economía”, “reforzar el Estado del bienestar”. Lo que no dirán es que el agujero no se tapa con solidaridad, sino con aritmética: gasta más de lo que ingresas, y la cuenta llega antes o después.

La deuda ya roza el 110 % del PIB, y los intereses, que antes eran una anécdota, se comen ya más presupuesto que la educación. Pero no, no es momento de apretarse el cinturón en el gasto. Es más fácil pedirle al ciudadano que lo apriete por ellos.

En definitiva, si no hay “nuevos impuestos”, habrá “nuevas contribuciones solidarias”. El truco está en el nombre. Y mientras tanto, el contribuyente español seguirá pagando la fiesta… sin haber sido invitado.

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