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viernes, 3 de septiembre de 2021

domingo, 1 de agosto de 2021

La gran granizada

Muchos testimonios, escritos y gráficos, quedarán de la gran granizada del día treinta y uno de julio del veintiuno. A pesar de ello, yo no quiero dejar de contar mi experiencia.

Los días anteriores, las previsiones para nuestra ciudad y la plana en general, eran de lluvias importantes con tormenta eléctrica. El mismo viernes por la noche, día anterior a los hechos descritos, aun persistían estas previsiones en algunas de las webs especializadas consultadas.

Por nuestra parte, teníamos previsto ir a pasar el fin de semana a Oropesa, a una villita que allí tenemos, pero el temor al tiempo que no nos permitiría disfrutar del baño y de la vida al aire libre, nos disuadió y nos quedamos en casa.

El sábado amaneció sin lluvias, y con un tímido sol que aparecía por momentos, así que contactamos con nuestras hijas, y puestos de acuerdo decidimos irnos a pasar, al menos, el día en la villa.

Dicho y hecho. Cargamos lo que teníamos previsto para la comida y poco más y nos fuimos hacia allí.

Temíamos que, al ser último día del mes de julio y además sábado, la carretera y la autopista irían muy cargadas de vehículos, por lo que nos tomamos la ida con tranquilidad. A medida que nos acercábamos a la entrada de la autopista, nos llamaba la atención que la N-340 iba vacía, así que, visto que los pocos vehículos que nos precedían tomaban la dicha entrada y suponiendo que la mayoría habrían hecho lo mismo, nosotros seguimos por la carretera nacional, y lo acertamos, ya que apenas encontramos tráfico.

Llegamos a la villa, descargamos los bártulos, asemos un poco las zonas en las que nos íbamos a mover, pasé el limpia-fondos a la piscina y nos dispusimos a bañarnos, antes de que llegaran los peques de la familia, ya que esta semana habían estado algo resfriados, y sus padres no querían que se bañaran, así que para que no nos vieran y quisieran entrar en la piscina, nosotros lo hicimos antes de que llegaran.

Algo más de media hora antes de la prevista para comer, me puse a preparar la barbacoa. Mientras, mi mujer preparó los entrantes que fuimos degustando.

Comimos, bebimos y disfrutamos. El tiempo nos respetaba. Ya ni nos acordábamos de que había previsiones de tormentas.

A media tarde, todos comenzaron a desfilar, unos querían acercarse al parque de Marina d’Or con los niños, los otros simplemente irse a casa a descansar.

Como no puede ser de otro modo, mi mujer y yo nos quedamos recogiendo la mesa, ordenando la terraza y guardando los juguetes de los nenes.

Cerca de las 19:00 estábamos en disposición de volver a casa. Cerramos la villa, nos subimos al coche y nos dispusimos a regresar. Antes de salir a la carretera, dimos una vuelta para ver el ambiente de las playas, La Concha, Morro de Gos, Marina d’Or, estaban a reventar, lo que nos obligó a comentar entre nosotros las imprudencias de la gente con el virus.

Para el regreso, optamos por la autopista, ya que en Benicasim suele haber retenciones de tráfico.

La autopista iba bastante cargada, pero manteniendo una velocidad cercana a la máxima permitida, 120km/h, se circulaba bien, ya que apenas tenías que adelantar a nadie, aunque siempre hay quien corre más y nos iban pasando.

Aproximadamente a la salida de Castellón norte, comenzamos a intuir que las cosas iban a cambiar, ya que a lo lejos se veía una enorme cortina de agua que estaba cayendo, aunque no acertaba a ubicarla, si sobre Villarreal, o un poco más hacia el interior, Bechí o incluso Onda. A todo esto, desde Benicarló habíamos recibido un vídeo de la cantidad de agua que estaba cayendo.

Seguíamos nuestro camino y, primero pequeñas gotas, pero inmediatamente gotas mucho mayores, me hicieron poner en marcha el limpiaparabrisas, y aumentarle la velocidad enseguida. El ruido cambiante de las gotas nos alertó de que estaba cayendo algo de piedra, aunque en la carretera no se apreciaba. Comenzamos a verla sobre el asfalto en el mismo momento en que los coches que nos precedían empezaban a frenar poniendo los warnings. No podíamos hacer otra cosa que seguir su ejemplo, acercándonos al máximo al coche de delante que se había refugiado, como otros, bajo el puente que cruza la autopista, inmediatamente antes de la salida de Castellón sur.


Mi vehículo quedaba prácticamente todo fuera de la protección del puente, así que las piedras, cada vez mayores, impactaban de lleno en la carrocería. Yo temía por las lunas, que podían saltar en mil pedazos en cualquier momento.

Uno de los coches de delante, cambió de posición, cruzándose bajo el puente, a fin de protegerse más y esto, permitió que yo también me reubicara con media coche bajo el puente.

El ruido de los impactos era ensordecedor, lo que, unido al temor por los posibles desperfectos en la carrocería del coche, provocaba una situación de cierto pánico. Aunque yo pude mantener la calma, mi mujer, se puso nerviosa, quizá pensando que nuestras hijas también estaban en la carretera, de vuelta a casa. Las llamó por teléfono y pudo comprobar que ya estaban en casa, lo que la tranquilizó.

Como ‘no hay mal que cien años dure’, esto también remitió y pudimos reemprender el camino a casa, observando los destrozos causados por quince minutos de enorme granizo. Estos se limitaban a hojas y pequeñas ramas arrancadas de los árboles.

Ya en casa pudimos ver fotos, en las redes sociales, de coches que habían sufrido las mismas inclemencias, pero por lo visto, con mayor virulencia que nosotros, pues se veían con los cristales rotos.

En fin una gran granizada, cuyos efectos, a estas horas aun están sin valorar, pero que imagino que no serán pocos, sobre todo en lo que a la agricultura se refiere.

sábado, 10 de julio de 2021

Si quieres la igualdad, no exhibas tus diferencias

Aunque no soy de los que se pelean por cualquier cosa en las redes sociales, si que me gusta expresar mi opinión sobre temas de actualidad. Lo suelo hacer con alguna frase que resume en pocas palabras mi pensar sobre el tema en cuestión.

Hace unos días, a raíz del día del orgullo LGTBI, tenía previsto subir una que más o menos venia a decir: Si quieres la igualdad, no exhibas tus diferencias.

Evidentemente no la subí, ya que este es un tema demasiado caliente en el que no se admiten medias tintas. El que no apoya el movimiento, está en contra de estos colectivos.

Pero esto no es así. Se puede ser el más respetuosa del mundo con todo tipo de personas, incluidas las de estos colectivos, por supuesto, y no estar de acuerdo con las manifestaciones que de ellos se hacen públicamente. Y ved que digo ‘manifestaciones’, es decir, una persona puede ser lo que quiera, en cualquier lugar, y nadie tiene el derecho a reprochárselo, pero esta libertad no le concede más derechos que a cualquier otra persona, de cualquier otro colectivo o incluso sin estar englobado en ninguno de ellos, y el resto no nos manifestamos.


Reconozco que hay grupos que han sufrido el rechazo del resto de la sociedad, y para equilibrar ese rechazo, para que sean iguales, se ha luchado durante mucho tiempo, pero también creo que la sociedad que puede ser educada para entenderlo, ya lo ha hecho, y el resto, así les des con una piedra de canto en los diente, no lo entenderán jamás, ni con manifestaciones ni sin ellas.

Cada uno debe vivir su realidad dentro de los círculos sociales en que se mueva en cada momento, y creo que, en general, en esos círculos, todos son aceptados con total normalidad. Siempre habrá excepciones que hay que limar.

Yo, que ya tengo una edad, he conocido gente y me he relacionado con ella, que podrían estar integrada en algunos de estos colectivos considerados durante mucho tiempo como marginales, pero nadie me puede acusar de haberles faltado al respecto a ninguno de ellos, y no es que yo sea mejor que nadie, es que era la tónica general de la sociedad en que vivíamos.

El problema es qué, en lugar de limar las excepciones a que nos referíamos antes, y hacerlo con educación, se han pretendido limar con confrontación, algo muy en la línea de lo que está ocurriendo en nuestra sociedad, en la que se prefieren los enfrentamientos antes que las avenencias.

No sabría decir como se ha iniciado el camino hacia esta forma agresiva de interactuar, pero si me doy cuenta de cómo se mantiene viva y llena de rencores.

Si os fijáis, cuando se da una mala noticia, que son todas las que llenan los noticieros y los programas de debates de televisión y las de los periódicos, siempre se incluye en la descripción de la persona que la genera, o que la sufre el colectivo al que pertenece.

Si se explica una reyerta, física, dialéctica o de cualquier tipo, se dice que el agresor era… (Subsahariano, fascista, rojo, nazi, alcohólico, …)  y que el agredido era… (Ponga Ud. los colectivos que quiera). Esto, que parece una explicación sin ninguna otra intención que ampliar la noticia, en el fondo genera la confrontación entre otros elementos de esos colectivos implicados.

Ahora ya parece que esa aclaración sea indispensable en la noticia, ya que cuando no se da y luego se averigua, se achaca a que el informador quería defender u ocultar el hecho punible de todo un colectivo.

Si por tónica general esa información no se diera, al final seria un enfrentamiento entre dos personas, con las mismas consecuencias, pero individuales.

Al final, entiendo que de lo que se trata es de aplicar la ley para todos igual, y para ello solo hay que analizar el hecho punible y no el colectivo al que pertenecen los implicados.

Como reza la frase que quería exponer: Si quieres la igualdad, no exhibas tus diferencias.

domingo, 30 de mayo de 2021

Villarreal CF gana su primer gran título.

Pasados los días de euforia siguientes a la gran noche de fútbol, ofrecido por el club de nuestro pueblo y vividos con la mayor ilusión por todos los habitantes, aficionados y no aficionados, podemos comentar un poco como ha ido todo, desde el punto de vista de un ciudadano de a pie que lo ha vivido sin moverse de Villarreal.

No siendo la primera ocasión que el club de futbol tiene acceso a las competiciones europeas, cada eliminatoria, cada partido, se afrontaba, pegados al televisor, con la ilusión y la esperanza de ir ganándolas. Más por en hecho de que nos medía a equipos de calidad, con una historia y un bagaje superior a nuestro modesto representante, que por la confianza en que llegáramos a ganar la competición.

Pero las eliminatorias se fueron jugando, las fases se iban superando y así, tras una inimaginable trayectoria dejamos atrás a SIVASSPOR, QARABAG , MACCABI TEL AVIV, SALZBURGO, DYNAMO KIEV, DINAMO ZAGREB y ARSENAL para plantarnos en una final que, no por muy deseada, pudiéramos soñar en alcanzar.

La noticia de que se podría jugar con público desató las, hasta ahora contenidas, ganas  de fútbol y los aficionados se animaron a desplazarse hasta Polonia para acompañar a nuestros héroes, y así, en muy poco tiempo, las 2000 entradas asignadas al club, tenían nombre y tuvieron que solicitarse algunas más. Un total de 2100 villarrealenses se preparaban para un viaje seguro con las consabidas PCR’s o test de antígenos perceptivas.

Las llegadas a Gdansk de nuestros conciudadanos llenaban las redes sociales de fotos y videos del gran ambiente que se vivía en la ciudad polaca. Cánticos, saltos, risas, cerveza, alegría a raudales con el mayor de los respetos a la ciudad y a los ciudadanos que en ella moran, dejaban constancia de una afición a la altura del equipo. Que yo sepa, no se reportó ni un solo incidente desagradable ni, mucho menos, delictivo por parte de los de Villarreal.

Llegado el día 26 de Mayo, día del partido, y con él el resto de expedicionarios, los que eligieron la opción de ida y vuelta en un solo día, la ciudad de Gdansk de tiñó de amarillo, supongo que de rojo también, pero hasta nosotros solo llegaban imágenes de nuestra gente. A medida que unos se desplazaban hacia el Arena Gdansk, otros lo hacían hacia los bares, peñas, casas de amigos o simplemente a sus hogares, para hacer equilibrios sobre la delgada línea que separa el disfrute del sufrimiento. Por una parte es un orgullo y disfrutamos con ello, ver a nuestro equipo enfrentarse con el Manchester United, por otra parte, se sufre al ver que toda la ilusión puede derrumbarse como un castillo de naipes con la derrota en el partido. Es una opción que no puede dejar de barajarse, pues uno de los dos debe ganar y por consiguiente uno de los dos debe perder. Uno de los dos contará una contienda ilusionante y el otro como sufrida.

Pero, como dicen, el fútbol nos debía una, desde el fallido penalti contra el Arsenal, y era la hora de cobrarla.

Si el partido se jugó más en el área del Villarreal que en la del Manchester, debido al juego de fuerza que desplegaban los ingleses, que no daban opción al juego de toque que pretendía el Villarreal, fue este quién golpeó primero. El gol de Gerard Moreno que retumbó al unísono en todo el pueblo como si de una enorme garganta se tratara, no hizo más que espolear aun más a un equipo al que aun le quedaban muchas fuerzas por quemar, pero nuestro equipo se defendió con uñas y dientes para llegar al final de la primera parte con ventaja en el marcador. Pero era cuestión de minutos que en la segunda parte llegara su gol. A nadie le interesaba la prórroga, ambos querían marcar, pero esta más cerca el segundo del Manchester que el nuestro, aunque el Villarreal también iba teniendo sus ocasiones. Así, a medida que se iban acercando los minutos finales, y las fuerzas inglesas fueron mermando, comenzó a imponerse el juego más pausado, de más control del Submarino Amarillo, pero sin lograr el objetivo del gol. La prórroga era inevitable, y así, los amarillos se hicieron dueños del balón y equilibraron  las estadísticas, pero no hubo más goles.

No había más remedio que jugarse el trofeo a los penaltis, y ¿No querías goles? 21 goles más se marcaron es este lance del partido. Por el Villarreal marcaron todos los jugadores que habían quedado en el campo, después de los cambios realizados, algunos de ellos mirando ya esta posibilidad. Por parte del Manchester, un penalti fallado les apeó de la competición.

Imagen sacada de Mundo Deportivo

La locura se desató, tanto en el campo como a 2700km, en nuestra pequeña localidad, que hizo bueno, aquello de David que venció Goliat.

Las gentes salieron a la calle, e intentaron congregarse en la Plaza Mayor, y creo que, en mayor medida, en la plaza del Labrador, junto al campo de fútbol El Marigal, Ahora denominado ‘De la Cerámica’, pero las horas que eran y lo poco que faltaba para el toque de queda establecido por la pandemia, aconsejaba no salir, o volver inmediatamente, por lo que la celebración se dejó para el día siguiente, cuando los jugadores y cuerpo técnico ofrecieron la copa a la afición, paseándola en un autobús descapotable por el centro de la ciudad.

Las medidas covid impidieron realizar paradas, a fin de que no se crearan aglomeraciones de personas, pero a pesar de todo, los más jóvenes, que iban siguiendo la rua, hacían que en el lugar en que se encontraba en cada momento, hubiera mucha más gente de la deseada. Esperemos que esto no empañe la celebración en forma de rebrotes de la enfermedad.

En cualquier caso, la fiesta fue memorable y seguro que las gentes del pueblo tardaremos en olvidarla, si es que en algún momento lo hacemos.

Ahora, una ves enfriados los ánimos de esta gesta, hay que ir pensando en la siguiente, que nos enfrentará el próximo 11 de agosto, en el estadio Windsor Park de Belfast, al Chelsea y que, por supuesto, también vamos a ganar.

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