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lunes, 25 de enero de 2016

Un respeto por los símbolos.

Los muchísimos años de historia que tiene la humanidad han propiciado que los diferentes grupos en que esta se ha ido configurando hayan adquirido unas señas de identidad que les diferencian de los demás.

Así tenemos imágenes, escudos, banderas, himnos, saludos, emblemas, ideas ... que de alguna manera se han incorporado a cada grupo y que con el tiempo les identifican.

Así cada gran grupo religioso tiene a su dios y las representaciones que de él hacen, pero es que dentro de cada uno de estos grandes grupos, tenemos subgrupos con sus devociones particulares. También las naciones, con sus bandera, los grupos políticos con sus anagramas, equipos deportivos, agrupaciones, culturales, empresas,...

Podríamos poner un sinfín de ejemplos para un sinfín de grupos, pero todos conocemos demasiados.

El caso es que en la actualidad se está extendiendo la mala costumbre de hacer burla y mofa de los símbolos ajenos. Seguro que a todos nos vienen a la memoria representaciones caricaturizadas de dioses de todas las religiones, videoclips de himnos con las letras cambiadas a fin de ridiculizarlos, memes con anagramas burlándose de sus seguidores y tantas y tantas formas de herir los sentimientos de las personas a través de sus símbolos.

No nos olvidemos de eso pues, de que todos los símbolos representan a de algún modo a las personas que se sienten identificadas con ellos y que al burlarnos o ridiculizar a estos lo hacemos con todas estas, que como a tal se merecen un respeto.

La rivalidad entre grupos de la misma índole, siempre ha llevado a intentar superarse en cantidad y/o calidad de sus seguidores y de sus actividades, y esto es bueno, pero en demasiadas ocasiones, en sus confrontaciones ha habido cruces de palabras y provocaciones fuera de tono y lugar.

En la actualidad, con la libertad de expresión que se nos supone, y con la facilidad que nos proporcionan las redes sociales, las burlas están pasando a ser insultos directos, lo que conlleva las respuestas en el mismo tono, cuando no superior, de los activistas de los grupos provocados.


Estas subidas de tono, llevan a agresiones físicas que, ya en demasiadas ocasiones, incluso han constado vidas humanas.

Donde quiero llegar, por no extenderme más, es a que la rivalidad bien entendida puede ser buena, estimula la superación de un grupo frente a otro, pero esta rivalidad nunca puede ni debe saltarse las más elementales normas del respeto que dicta el sentido común.

Por ello y entendiendo que los símbolos representan a las personas, respetémoslos como si de estas se trataran, evitaremos confrontaciones innecesarias y algún que otro disgusto mayor.

P.D. Pido disculpas a todos los que se sientan valencianos por haber ilustrado este post con esta burla del himno.

viernes, 15 de enero de 2016

Hablemos de política.

Últimamente se está hablando más de los políticos que de política.

Hace tiempo que, con las apariciones de los casos de corrupción, los políticos han pasado a las primeras páginas de los periódicos y a acaparar los programas de debate, incluso de entretenimiento. No está mal. Son temas que la ciudadanía debe conocer porque ello influye y debe influir en la percepción que tenemos de ellos y pueden y deben ser castigados en las urnas por ello.

Pero es que recientemente nos estamos metiendo en temas que se salen de la política. Estamos criticando la forma de vestir, la higiene, si llevan a sus hijos al congreso, si juegan con sus tabletas, si se duermen... 

La verdad es que están haciendo y se están comportando tan mal, que ante cualquier crítica a uno de ellos por cualquier cosa, siempre salta alguien con otro hecho pero del parido contrario.

Nos tenemos que dar cuenta que los políticos están para hacer política, es decir proponer mejoras en la convivencia de los ciudadanos, y ahí si, cada uno lo hará desde el punto de vista de las ideologías que les mueven, pero el resto de actuaciones, de convivencia y de aspectos personales, deben ajustarse a la norma no escrita de la buena educación.


Un diputado no puede descuidar su higiene y llegar el hemiciclo oliendo a humanidad. Un diputado no puede descuidar su indumentaria, y no quiero decir con ello que deba ir con traje de chaqueta; un jersey y un pantalón vaquero pueden ser tan dignos como el traje, pero limpios y aseados. Un diputado no puede estar jugando con su tableta, aunque sí consultar temas relacionados con lo que se está tratando. Y sí, voy a decirlo, un diputado, diputada en este caso, no puede entrar en el hemiciclo con su bebé, porque ello le impide la atención debida al debate, de ella y de los que la rodean. Y por supuesto, un diputado no puede dormirse durante una sesión del parlamento.


Y no, todo no puede estar permitido, lo que está bien esta bien, aquí y en la 'conchincina' y lo que está mal está mal, lo haga quien lo haga. No quiero hacer comparaciones aquí, con otras profesiones. Todos podemos hacerlo mentalmente y ver si nos parecerían bien estas actuaciones.

Visto esto diré que, todas y cada una de estas actuaciones no son los medios de comunicación los que deberían sancionarlas, porque cada medio las analiza y las presenta desde su punto de vista y lo que hacen en confundir y enfrentar a los ciudadanos por estos temas tan banales.

Debería ser el Presidente del Congreso quién los sancionara en el momento de producirse, sea quién sea el diputado a regañar y pertenezca a la formación que pertenezca, para que de este modo no trascienda a la población en general, y cuando se hable de política, se hable de las propuestas y de las ideas y no de los políticos, y la mala educación de algunos de ellos.

martes, 5 de enero de 2016

Cabalgata de Reyes 2016

Les adjunto algunas fotos de la tradicional Cabalgata de Reyes, una cabalgata que se está consolidando como una de las celebraciones más importantes de nuestras fiestas navideñas.
















































Por cierto, ¡Enhorabuena a la Juventud Antoniana! que sigue mejorando cada año nuestra Cabalgata de Reyes.

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