LAS BUENAS INTENCIONES.

Es tiempo de buenas intenciones.

No se si la culpa la tiene el verano o las vacaciones que casi todos, en mayor o menor medida, disfrutamos; el caso es que con la llegada del septiembre se incrementan las inscripciones a cursos, gimnasios, piscinas, se inician colecciones, dietas, etc.

Todos queremos mejorar en alguna de lo que podríamos considerar, nuestras asignaturas pendientes.

Será que el tiempo de ocio nos da que pensar y sacamos a la luz deseos o necesidades que teníamos aparcados en el baúl de los recuerdos, que siempre quisimos hacer y que por uno u otro motivo nunca hicimos.

Quien no ha pensado durante estos días que debería aprender algún idioma, especialmente el inglés, o que los años van pasando y estamos perdiendo la forma; deberíamos cuidarnos un poco más. O en recuperar aquella afición de joven que se nos daba tan bien, (fotografía, pintura). También hay quien prefiere recobrar la paz que sentía al llegar a casa y coger un buen libro que nos distraiga de los problemas cotidianos.

Todo son buenas intenciones y la mayoría de los casos en eso se queda.

Con la llegada de las primeras lluvias y las bajadas de las temperaturas, la mayoría de los que se han apuntado a gimnasios o han iniciado una actividad deportiva por su cuenta, como motivo de las cábalas del verano, lo van dejando. Los que se apuntaron a cursos y ven que necesitan más esfuerzo del que pensaban destinar para seguirlo, también se relajan y poco a poco se olvidan. Las colecciones se quedan sin terminar y lo buenos libros que pensábamos leer, se llenan de polvo sobre las mesas hasta que alguien los guarda en alguna estantería donde olvidamos que lo tenemos.

Es bueno tener buenas intenciones, pero deberíamos ser conscientes de nuestras limitaciones, impuestas por el trabajo, por lo años que pesan sobre nuestros cuerpos o porque nuestra vista ya no es lo que era, el caso es que nos cuesta mucho conseguir nuevas metas y eso en ocasiones nos puede frustrar.

Vayamos poco a poco, marquémonos objetivos asequibles, que al ser fáciles de conseguir, nos animen a ellos, para en un siguiente paso ir creciendo hasta otros más complicados.

No nos propongamos, si es nuestro caso, ir al gimnasio para marcar abdominales en navidad, conformémonos en dar un buen paseo, si lo conseguimos, ya empezaremos a hacer footing y si nos va bien ya pensaremos en hacer pesas,…

De cualquier modo, tengamos siempre buenas intenciones, … o al menos en verano.