Hace años, este día era fiesta por derecho propio, y era tradicional en nuestra ciudad celebrarlo al estilo de la Pascua. Tanto el fin de semana del domingo de Pascua de Resurrección, junto a su lunes, como este, las familias, amigos o pandillas de jóvenes solían salir a comer al campo, bien sea al ermitorio de la Virgen de Gracia o a “masets”, donde se hacía una buena paella y se pasaba el día, cada uno como mejor le parecía en función de la edad. Los mayores se echaban unas partiditas de cartas, o paseaban tomando el sol, los jóvenes, con el tocadiscos “picú”, se marcaban unos bailes y los niños se hartaban de correr.
Esta es una de tantas fiestas que salpicaban el periodo primavera-verano, en que además, disfrutábamos de las fiestas de Mayo, San Juan (24 de junio), San Pedro (29 de Junio) que también servía de excusa para reunirse a comer el rollo, San Jaime (25 de Julio), la Virgen de Agosto (15 Agosto), San Roque (16 agosto), incluso había quien prorrogaba un día al que llamaban “el gos” en honor al perro de este santo.
A continuación venían las fiestas de la Virgen de Gracia.
Como vemos, pues, hemos perdido lo que laboralmente podría denominarse como derechos adquiridos, y sin protestar ni hacer ninguna manifestación ni huelga.
Es posible que por aquel entonces, la producción fuera menor, o que los ratios de rentabilidad fueran más bajos, pero pocos se paraban a pensarlo, y mucho menos a cuantificarlos. La vida era mucho más tranquila, y supongo que la calidad de esta mucho mejor, aun cuando el poder adquisitivo de la mayoría era menor que ahora (sin contar con la dichosa crisis, que ha dejado a muchos en la miseria).
En fin, vivimos los tiempos y las circunstancias que nos han tocado y poco podemos hacer por modificarlos, pero no puedo dejar de pensar que, en este sentido, el tiempo pasado fue mejor.
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