Cuando en 1913 el Rvdo. Vicente Alba, prior de la Cofradía, prologaba la reedición del Reglamento de 1893, no dudaba en afirmar: “su fundación se pierde entre las sombras de los tiempos; la tradición no puede precisarnos la época de su origen, varias veces centenaria, según respetables opiniones”.
El erudito Orellana (1731-1813) en su obra: “Valencia antigua y moderna”, atribuye el origen de la devoción a la Sangre de Cristo a las predicaciones de San Vicente Ferrer. Por ello, Mosén Benito Traver en su Historia de Villarreal, en 1917, suponía la fundación de la Cofradía de la Sangre “a comienzos del siglo XV”, debió Mosén Benito haber leído también al historiador Esclapés. Que fija la fundación de la Cofradía de la Sangre de Valencia a principios del año 1400, “con ocasión de haber introducido en aquel tiempo San Vicente Ferrer la penitencia de los disciplinantes en las procesiones de Semana Santa...”. Mosén Benito sabía, por la documentación hallada en el archivo municipal que San Vicente Ferrer estuvo en Vila-real en dos ocasiones, en marzo de 1410 y en el mes de junio de 1412.
Frente a esta tradición, las referencias documentales localizadas en el Archivo Histórico Municipal y en el Archivo de la Arciprestal de Vila-real, así como en el archivo de la Catedral de Tortosa, sobre la Cofradía de la Sangre de Vila-real, retrasan su fundación a mediados del siglo XVI.
Es en 1540 cuando el Papa Paulo III, a petición del Consejo de Aragón, instituyó la fiesta anual de la “Preciosísima Sang de Jesucrist”. A partir de esa década asistimos a una floración documental y devoción de la cofradías dedicadas a la Sangre de Jesucristo: Valencia (1535), Sagunto (1543), Tarragona (1545), Castellón (1546), Barcelona (1547), Lliria (1574), Segorbe (1590), Perpinyá (1602). (En muchos casos estas fechas son aproximadas debido a que suele adoptarse el año fundacional en función del primer documento justificativo).
En Vila-real, desde 1546 abunda en los testamentos protocolarizados por el notario Miquel Avinent, la clausula siguiente: “iteur vull e máne que en lo sobredit dia del meu soterrar entrevinga la loable confraría de laSacratísima Sang del Nostre Señor Deu Jesucrist”.
En 1569, Pere Bellot se siente orgulloso de ser “confrare de la Sacratísima Sang de Jesucrist” y no duda en dejar “per esdevindra memoria” constancia en su dietario de admisión. Así pensamos y deducimos, que la fundación de la Cofradía de la Sang se debió realizar entre 1544 –1545.
En 1562, aparecen las primeras noticias sobre la construcción de la iglesia de la Sangre, adosada a la muralla en pleno barrio de la judería y casi siempre los documentos nos hablan de su belleza. Actualmente en los restos del actual portal de la iglesia aparece la fecha 1583, probablemente sería el dato de la finalización de la obra. Siguiendo con los datos del archivo Municipal, sabemos que en 1598 se celebran “misses cantades en la Sang”, y en 1601 sabemos que, el tesorero de la cofradía vivía en una casa que adquirió la cofradía para ampliar su iglesia, “lo bací de la Cofradía de la Sang de Jesucrist es lo darrer de la Iglesia”.
De 1601 a 1634 la Cofradía se reorganiza; en 1614 se regula la forma de gobierno de la misma. Ya 1619 la misma cofradía gozaba de gran prestigio en la villa. Este se acrecienta con la decidida actuación de la Cofradía en el pleito sobre la propiedad de los restos de San Pascual entre la Comunidad de frailes alcantarinos del Convento del Rosario contra el Ayuntamiento de la Vila y la Parroquia. Son diez cofrades de la Sang, que cubiertos con sus vestas negras quienes, con el beneplácito del clero parroquial y los jurados de la Vila, se apoderan del cuerpo de San Pascual y lo trasladan del Convento a la Parroquia.
Pero no todo son glorias, a partir de 1628 empiezan los apuros económicos de la Cofradía, que se prolongan hasta 1724. “Fa molts anys que no dòna comte”, estas palabras que se repiten en los libros de visitas ente 1630, 1645, 1680, 1704 y 1706, resumen la profunda crisis por la que pasa la Cofradía en la segunda mitad del siglo XVIII. El momento más álgido se da en 1645, una prolongada crisis de subsistencia, tensiones sociales, apoyadas por la presencia de soldados que van a la guerra de Catalunya, quienes ocupan la Iglesia de la Sangre, agudizando todavía más el problema.
Esta crisis hace que la cofradía prácticamente desaparezca en estos años, limitándose solamente a realizar los oficios de la Semana Santa. Por falta de limosnas el libro de visitas de 1645, recoge la frase siguiente: “el camús està vell i la Iglesia es plou...”, la cofradía en esos momentos está sin Junta de Gobierno. En 1704 ante el abandono de su iglesia y el absentismo de los cofrades el Obispo les amenaza con la excomunión, si no arreglan la iglesia “...que està molt indecent...”
En 1706, en la guerra de Sucesión, la iglesia de la Sangre está en ruinas. Reorganizada la vida social después de la guerra, en 1756 que “...que funciona consecuentemente...”. Desde 1798 el número de cofrades era de sesenta.
Es pues a partir de esa fecha cuando la Cofradía se consolida y aumenta. 1877 se aprueban los nuevos estatutos; el número de cofrades aumenta a trescientos cuarenta en 1895, en esa misma fecha la Cofradía celebra con toda pompa la fiesta anual de la misma, el 4º domingo de Octubre, y con gran brillantez la procesión del Jueves Santo.
El antiguo libro de actas de 1848 que actualmente conserva la Cofradía, nos dice que en 1852 se renuevan las imágenes “del Cristo y la Virgen de la Soledad”, también nos dice que en 1856 todos los cofrades desfilan uniformados con vestas negras. Años más tarde, en 1884, la Cofradía estrena la sección de Guardia Romana, al mando de un Capitán (rei dels judios) y un coro de cantores.
La desamortización de Mendizábal la vuelve a herir, su iglesia es vendida en pública subasta a un particular, que la hace servir de almacén, escuela y teatro. El día 10 de Junio de 1890, la Cofradía por medio de las limosnas de los cofrades adquiere la Iglesia de la Sangre a su propietario, iniciándose los trabajos de restauración a cargo de Tomás Soler de Castellón, al mismo tiempo se incrementa notablemente el número de cofrades.
En 1926, el Cabildo de Gobierno acuerda admitir como cofrades a las mujeres “con el fin de dar más empuje a la Cofradía y puedan participar de las gracias de la misma según marca el artículo 5º del reglamento”.
Como consecuencia de los sucesos de la revolución del mes de agosto de 1936, el día 12 de ese mismo mes, la iglesia es saqueada y sus bienes son pasto de las llamas, la iglesia será convertida en “cárcel del pueblo”. En la Semana Santa del 1939 la Cofradía vuelve a desfilar; ese mismo año, el cofrade Olegario Roig, regala a la cofradía la nueva imagen del Ecce-Homo, obra del escultor Pascual Amorós Vicent. También la cofrade Doña Beatriz Verdiá, hace donación de la nueva imagen de la Virgen de la Soledad, obra también del mencionado escultor.
Pese a la penuria económica de la época, la Cofradía restaura la Iglesia y adquiere toda clase de orfebrería religiosa, para abastecer los oficios religiosos que en la iglesia de la Sangre se celebran. En 1957, hace un notable esfuerzo y la Cofradía encarga al escultor José P. Ortells López, la mueva imagen del Ecce-Homo cuyo precio ascendió a 45.000 pesetas.
Pero la crisis “post-conciliar” (1966-1976) que afectó a algunos movimientos eclesiales, entre ellos a las cofradías de Semana Santa, hiere de muerte a la cofradía de la Sang. El 28 de Febrero de 1968, el clero parroquial, con el beneplácito de la comisión de arte diocesana y el permiso del Ayuntamiento, desalojan a la fuerza a la cofradía de su iglesia de la Sang e inmediatamente después es derribada; cuatrocientos años de historia y la única iglesia gótica de la ciudad, es convertida en escombros en una semana. En su lugar se levanta un edificio de cuatro plantas, naturalmente con café-bar incluido, para mejorar las necesidades evangelizadoras de la parroquia, más acorde entonces con los nuevos aires post conciliares que se respiraban.
La antigua iglesia se convirtió en la nueva edificación en una “capelleta” de 50 m2. De la antigua iglesia de la Sangre solo se conservó la portada, incrustada en la fachada de la nueva edificación.
Pese a todo la Cofradía subsiste, se sobrepone a la crisis y se incrementa el número de pasos y de cofrades.
La Cofradía en la actualidad.
Actualmente el censo de la cofradía es de 735 cofrades, la forma de dirigir la cofradía no ha variado con el tiempo. El Cabildo de Gobierno, que así se denomina a la directiva de la cofradía, está compuesto por el Presidente del Cabildo, Secretario, Tesorero, Prior y Vocales, tres por cada sección. Guardia Romana, Tambores, Cofrades de Ecce-Homo, Cofrades de la Soledad y tres clavarios.
Visten actualmente los cofrades de la Sang, túnica y capirote rojo, capa, fajín y guantes blancos, zapatos negros. En el Paso del Ecce-Homo y en el paso de la Soledad, capa negra. Estos cofrades que acompañan a la Virgen de la Soledad son todo mujeres.
La guardia romana, denominada popularmente “els judios”, está compuesta por cuarenta hombres que ataviados de soldados romanos, con sus capas rojas y brillantes cascos, desfilan golpenado sus lanzas contra el suelo, a contrapunto del sonido de los seis timbales y seis cornetas; el cabo que lleva una capa de color azul, hace sonar con su corneta, largos silencios, para anunciar que llega el cofrade promesa, que representa al Nazareno cargado con una larga y pesada cruz, y arrastrando una cadena de gruesos eslabones; ayuda al nazareno a llevar la cruz un niño vestido a la usanza del Simón d Cirene. Como curiosidad diremos que los cofrades que desean salir de promesa de nazareno se han de inscribir a una lista, cuya espera para el turno es de veinte años.
Los tres clavarios representan el duelo oficial en la procesión del Viernes Santo, su función está documentada en la cofradía desde su fundación, aunque su papel antiguamente era más importante; hoy en día son tres jóvenes cofrades quienes ostentan dicho cargo, su labor se limita a desfilar Miércoles y Viernes Santo y ayudar a los miembros del Cabildo. Visten túnica negra con larga cola a la espalda, la botonadura de la túnica y la bocamanga ribeteada de color rojo, fajín cardenalicio, gorguera y guantes blancos y sobre la cabeza sombrero negro de fieltro tipo romano, en el pecho el escapulario de la cofradía.
Celebra su fiesta anual el 4º domingo de Octubre (antigua fiesta de Cristo Rey), con Misa cantada, en el transcurso de la misa, en acto solemne se da entrada a los nuevos cofrades, el lunes siguiente se celebra la Misa funeral por los cofrades difuntos, todos estos actos se desarrollan en la Iglesia Arciprestal de Sant Jaume.
La cofradía desfila el Miércoles Santo, en la Procesión General y el Viernes Santo en el Vía Crucis matutino y Procesión del Santo Entierro. El domingo de Gloria, acompaña al paso del Resucitado. Como asociada a la Junta Central de Semana Santa del Vila-real y de la Junta Diocesana de Semana Santa, participa en todos los acos organizados por las mismas. Está hermanada con: Cofradía de la Virgen de los Dolores de Viver, Cofradía del Cristo de la Agonía de Moncofa, Hermandad de la Oración del Huerto y con la Hermandad de Nazarenos de la Purísima Sangre, ambas de la Villa de Nules y recientemente con la Cofradía de la Vera Cruz de la Villa de Torrehermosa, pueblo natal de San Pascual Bailón.
La cofradía desfila con los pasos siguientes: Ecce-Homo, autor J.Ortells (1958) y la Virgen de la Soledad, autor P. Amorós (1939). Depositado en el Museo de la Arciprestal tiene la cofradía las imágenes siguientes: Ecce-Homo (Amorós, 1939), Capa del Ecce-Homo, de terciopelo de seda roja y oro (S. XIX), Santa Magdalena, (anónima S.XIX), Cristo de los Clavarios (Amorós 1940) y Cristo de la Sangre (anónimo S XVIII), así como una Custodia sol de metal dorado de 1940.
Pascual Luis Segura Moreno
Secretario del Cabildo de Gobierno.
Agradezco la aportación que Pascual Luis ha hecho a este blog.
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