El comienzo de las fiestas de la Virgen de Gracia, marcan el regreso al pueblo de todos aquellos que tienen la fortuna de poder veranear en un “maset”.
Antiguamente era normal por estas fechas ver carros, camionetas o furgonetas de los que habitualmente se usaban para ir al campo, cargados con los enseres de la casa, desde las camas y colchones (de lana), hasta la nevera (de hielo) o la televisión (quién la tenía); no digamos de objetos que por su menor tamaño son más fáciles de trasportar (sillas y mesas, ropa, comida,...). Era impensable que una familia normal mantuviera dos viviendas completamente equipadas, por lo que, en la época invernal no se podía ni ir a hacer una paella al “maset”, porque estaba completamente desequipado.
Con el tiempo y la mejora de las economías se empezó a habilitar la segunda vivienda con los enseres más difíciles de transportar, las camas y los colchones, que para estos casos se compraban de espuma, más económicos y con menor mantenimiento, pues no había que cardar la lana. Posteriormente se compraron las neveras, que ya comenzaban a ser eléctricas, con lo que, unido a que las familias ya disponían de algún vehículo propio, bien sea coche, bien sea un “motocarro”, los traslados de la vivienda al “maset” o viceversa ya se los hacían cada uno, resultando mucho más cómodo, con lo que algunos ya compraron la vivienda de veraneo en la playa de Burriana o Benicasim.
En la actualidad, en verano, Villarreal queda casi desértico con el éxodo de sus habitantes a la residencia de verano, verdaderos palacios que en muchas ocasiones están mucho mejor equipadas que la casa o el piso de la ciudad.
Pero en cualquier caso, las tradiciones se siguen cumpliendo, al inicio de las fiestas de la Virgen de Gracia, ¡Todos a casa!.
Antiguamente era normal por estas fechas ver carros, camionetas o furgonetas de los que habitualmente se usaban para ir al campo, cargados con los enseres de la casa, desde las camas y colchones (de lana), hasta la nevera (de hielo) o la televisión (quién la tenía); no digamos de objetos que por su menor tamaño son más fáciles de trasportar (sillas y mesas, ropa, comida,...). Era impensable que una familia normal mantuviera dos viviendas completamente equipadas, por lo que, en la época invernal no se podía ni ir a hacer una paella al “maset”, porque estaba completamente desequipado.
Con el tiempo y la mejora de las economías se empezó a habilitar la segunda vivienda con los enseres más difíciles de transportar, las camas y los colchones, que para estos casos se compraban de espuma, más económicos y con menor mantenimiento, pues no había que cardar la lana. Posteriormente se compraron las neveras, que ya comenzaban a ser eléctricas, con lo que, unido a que las familias ya disponían de algún vehículo propio, bien sea coche, bien sea un “motocarro”, los traslados de la vivienda al “maset” o viceversa ya se los hacían cada uno, resultando mucho más cómodo, con lo que algunos ya compraron la vivienda de veraneo en la playa de Burriana o Benicasim.
En la actualidad, en verano, Villarreal queda casi desértico con el éxodo de sus habitantes a la residencia de verano, verdaderos palacios que en muchas ocasiones están mucho mejor equipadas que la casa o el piso de la ciudad.
Pero en cualquier caso, las tradiciones se siguen cumpliendo, al inicio de las fiestas de la Virgen de Gracia, ¡Todos a casa!.
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