Proceso independentista catalán

Parece ser que el proceso independentista catalán sigue su curso, a pesar de las muchas advertencias por parte del Gobierno en cuanto a su ilegalidad.

También parece que los últimos sondeos realizados no dan a entender que la sociedad catalana en general quiera seguir con esta pantomima, pero como los que están en el poder fueron elegidos en un momento en que sí que parecía ser la voluntad mayoritaria, ellos siguen en sus trece en lugar de escuchar las actuales tendencia.

También es cierto que la mayoría españolista, no tan radicales como el resto, se manifiestan con la boca pequeña, como temiendo mostrar sus intereses, con lo que los nacionalista se oyen mucho más, lo que les otorga mayor poder social.

Con todo ello, mucho me temo, y preferiría equivocarme, que dentro de unos días sabremos la fecha prevista para el referéndum, con lo que el Gobierno central deberá tomar las medidas más drásticas para impedirlo.

¿Cuáles serán estas medidas?. Entiendo que por débiles que sean no van a ser del gusto de las pretensiones catalanas, y mucho peor si son duras, como en algún momento tendrán que llegar a ser.

De algún modo esto va a provocar (de hecho ya se esta provocando) una ruptura entre los catalanes independentistas y españolistas, y lo que es más grave, entre Cataluña (unos y otros) y el resto de España, de difícil solución.

En cualquier caso y a pesar de no compartir las ideas independentistas, puedo llegar a entenderlas; lo que no entiendo es que en el resto de España, en la Comunidad Valenciana y en Villarreal, pueda haber personas que hagan de este problema un tema propio, que se manifiesten abiertamente a favor de una ilegalidad que además nos perjudicaría al resto de españoles, valencianos o villarrealenses.

En fin, espero ansioso las noticias que se vayan produciendo y deseo una solución al problema que, no rompiendo la unidad nacional, y manteniendo la igualdad constitucional (que ahora no tenemos) entre todos los españoles, satisfaga a todas las partes implicadas.

¡Difícil lo tienes, Mariano!