Los días en la plaza mayor transcurren dentro de una monotonía
que no da para ponerse a escribir nada sobre ella, pero como si no publicamos, los blogs van cayendo en picado en los índices de Google,
hemos de decidirnos a contar algo de vez en cuando.
Quiero aprovechar algo que ha ocurrido esta noche pasada
para rellenar media cuartilla, ya que nos muestra hasta que punto esta
decayendo nuestra sociedad en lo que a valores se refiere.
Serían cerca de las doce de la noche, podía faltar o pasar
algo. La verdad es que no estábamos pendientes del reloj.
Después de ver un rato la tele nos dispusimos dormir, con la
ventana abierta, tal y como exigen las temperaturas.
De siempre el callejón San Manes (junto a la Plaza Mayor) ha sido un lugar
donde los jóvenes se han ocultado de la vista de la gente para fumarse algún porrete,
charlar (algunas veces, las más, a voz en grito), realizar actos sexuales, ... Todo
ello con las consiguientes molestias a los vecinos cuyas ventanas dan al mismo.
La policía y las autoridades tienen constancia de ello, pero hacen caso omiso,
al menos hasta el momento y no aportan ninguna solución.
Lo que quería contar es lo de esta noche. Al poco de
acostarnos, ya conciliando el sueño, hemos oído las voces de varios jóvenes en
el susodicho callejón. Ante la expectativa de que se acomodaran en el mismo y
no nos los quitáramos de ahí en toda la noche, con toda la educación posible les
hemos rogado que al menos no gritaran, pero cual ha sido la sorpresa al ver a
una joven medio oculta tras los basureros que ahí hay, en rara posición,
enfocada por las linternas de los móviles de los acompañantes, y la respuesta
de uno de ellos, diciéndonos que se iban enseguida, que solo se estaba
cambiando el tampón.
En nuestra época, todo lo relacionado con la menstruación
femenina era casi tabú, hoy hasta la estaban iluminando, como si ella no
supiera de memoria donde tenía que meterlo.
En fin… Cosas del Callejón. Opinen Uds.
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