Como cada año, llegadas estas fechas, es la hora de renovar los tan preciados pases para la próxima temporada de nuestro Villarreal CF.
Digo “nuestro” cuando en realidad es del Sr. Fernando Roig, que es quien paga las facturas, tanto de las contrataciones de jugadores como del campo de fútbol, que es municipal.
Pero esta sería una propiedad económica, y yo me refiero a una propiedad sentimental.
Cuando el Villarreal subió a la división de honor, nadie imaginó que durara tantos años en la misma; todos nos lanzamos a disfrutar de ver fútbol de primera en el Madrigal, aprovechando lo que creímos que sería una ocasión efímera. Quizá por ello la cantidad de socios de las primeras temporadas se incrementaba exponencialmente. Todos quería ser socios, jóvenes, adultos, mayores, incluso ancianos.
No importaba el precio, Villarreal vivía el esplendor del azulejo y todo el mundo tenía trabajo. Así, en una población que por aquel entonces no llegaba a los 50.000 habitantes, el número de socios se acercaba progresivamente a los 20.000. Cifra que se alcanzó, si no recuerdo mal, en el año 2008.
Pero la tan traída y llevada crisis debía afectar también a este fenómeno de masas y lógicamente el número de abonados debería descender, pero el Sr. Roig, dando muestras de solidaridad, no solo no incrementó los precios de los abonos, sino que además los regala a los socios que se hayan quedado sin empleo.
Por otra parte, y para que de algún modo todos pongamos nuestro granito de arena, el Ayuntamiento bonifica con un vale de 60 euros a los pensionistas, para que sean descontados del importe de su abono.
Hay gente que se queja de este regalo, ya que al fin y al cabo lo hacemos entre todos, pues es un dinero que sale de las arcas que se llenan con nuestros impuestos. Dicen que si ellos no van al fútbol, que les den los 60 eu. para lo que a ellos les guste.
Quizá no les falte razón, yo no tengo argumentos contra ellos, pero a mi no me parece mal que apoyemos al Villarreal entre todos, porque cada fin de semana nuestra ciudad se convierte en una fiesta, si juega en casa, porque vamos al campo, si juega fuera, porque la gente se reúne en los muchos bares que compran el partido.
Vamos ha hacer un pequeño esfuerzo y vamos ha sacar nuestro abono para la próxima temporada, a animar a nuestro Villarreal y a disfrutar de la vida, ¡que son cuatro días!.
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