Este fin de semana la Plaza Mayor de nuestra ciudad ha sido testigo de dos fiestas de índole muy diferente.
Por una parte, el viernes tuvo lugar la ya tradicional Tamborrada, adelantada por motivos de coincidencias de fechas, a la Semana Santa, bajo una lluvia que impidió que luciera con todo el esplendor con que estaba preparada, y con menos asistencia de participantes y público de la prevista.
Aunque una tamborrada, por definición no es mas que una “Celebración popular que consiste en producir estruendo tocando tambores, bombos”, y encontramos tamborradas relacionadas con otros tipos de celebraciones, las más populares están relacionadas con la Semana Santa, y representan el estruendo que, según las escrituras, se produjo en el momento en que Jesús exhaló su espíritu.
Quizá la más numerosa sea la de Hellín (Albacete), pero la más conocida sea la de Calanda (Teruel), gracias a Luis Buñuel.
Por otra parte, ayer sábado, ya con una climatología más favorable se celebró el Carnaval de Villarreal, fiesta pagana por antonomasia. Aquí todavía no puedo decir tradicional aunque espero que, con el apoyo de las instituciones que puedan patrocinarlo, y con el ánimo de los jóvenes, pueda seguir celebrándose por muchos años.
Las peñas se congregaron en la plaza La Vila, entre las 18:00 y la 20:00. Dos horas de espera que estuvieron amenizadas con música y regadas con las bebidas que se sirvieron en una improvisada barra.
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