Se acerca el 20 de febrero, fecha conmemorativa de la fundación de nuestra ciudad por el Rey Don Jaime I “El Conquistador”.
Con motivo de este acontecimiento, el Ayuntamiento ha previsto una serie de actos entre los que se encuentra la celebración de una feria medieval, los días 7 y 8.
Esta feria, que ya se ha celebrado en diversas ocasiones (nunca en la plaza mayor), pretende transportar al visitante a la época fundacional, mediante pequeños comercios que simulan los del medioevo, con productos de elaboración artesana, como los de entonces, y con una serie de personajes ataviados con ropas y adornos de antaño. La verdad es que queda muy pintoresco.
Sobre las 11:00 h. que se ha inaugurado, y al momento se ha llenado de visitantes, pese a que el día, algo ventoso, no acompaña especialmente.
Los tenderetes se han ubicado formado calles estrechas, no se si para que quepan más, o simulando las de las poblaciones medievales. Paseando por ellas, nos encontramos con establecimientos de comidas, tanto de embutidos, quesos, frutos secos, como de productos elaborados in situ, tales como “churros” o pizzas, también encontramos joyas y abalorios de poco valor; atracciones como tiro con arco y animales de los más variados: asnos, cabras, gallos, rapaces; al tiempo que saltimbanquis y titiriteros dan una nota de color y animación a los transeuntes.
Con motivo de este acontecimiento, el Ayuntamiento ha previsto una serie de actos entre los que se encuentra la celebración de una feria medieval, los días 7 y 8.
Esta feria, que ya se ha celebrado en diversas ocasiones (nunca en la plaza mayor), pretende transportar al visitante a la época fundacional, mediante pequeños comercios que simulan los del medioevo, con productos de elaboración artesana, como los de entonces, y con una serie de personajes ataviados con ropas y adornos de antaño. La verdad es que queda muy pintoresco.
Sobre las 11:00 h. que se ha inaugurado, y al momento se ha llenado de visitantes, pese a que el día, algo ventoso, no acompaña especialmente.
Los tenderetes se han ubicado formado calles estrechas, no se si para que quepan más, o simulando las de las poblaciones medievales. Paseando por ellas, nos encontramos con establecimientos de comidas, tanto de embutidos, quesos, frutos secos, como de productos elaborados in situ, tales como “churros” o pizzas, también encontramos joyas y abalorios de poco valor; atracciones como tiro con arco y animales de los más variados: asnos, cabras, gallos, rapaces; al tiempo que saltimbanquis y titiriteros dan una nota de color y animación a los transeuntes.
Yo pensaba que una feria de este tipo la componían comerciantes y animadores de diversas procedencias que a pesar de tener que ir disfrazados de la época en cuestión, les era rentable montar un puesto de venta de sus productos, y que nada tenían que ver unos con otros, en cualquier caso, como en la feria de Santa Catalina, pensaba que el comerciante pagaba al ayuntamiento por el derecho a instalar un puesto de venta, pero rebuscando por Internet he encontrado empresas que se dedican a montar eventos de esta clase, por supuesto cobrado en función de lo que se instale, y este año la feria medieval ha sida más grande que los precedentes, por lo que entiendo que el precio también habrá sido superior.
No quisiera que mis críticas fuesen siempre negativas, a mi me gusta la feria medieval, pero, desde mi desconocimiento y con los tiempos que corren, no creo que se deba despilfarrar el dinero publico en actos de un par de días, que no aportan ningún beneficio a la población. Hay mayores prioridades que no se pueden llevar a cabo por falta de efectivo, y el ayuntamiento debe endeudarse para realizarlas, con el consiguiente pago de intereses que a la postre pagamos entre todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario