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lunes, 20 de octubre de 2025

Carta abierta al Ayuntamiento: lo que un vecino tiene que decir sobre el “basurazo”

Después de mi anterior escrito sobre el llamado “basurazo”, me he quedado con la sensación de que muchos vecinos de Vila-real pensamos lo mismo: que esta nueva tasa de residuos es injusta, mal planteada y, sobre todo, innecesariamente gravosa. Pero como parece que al Ayuntamiento no le basta con el malestar general, he querido ponerlo por escrito en una carta dirigida al propio consistorio. Una especie de “ya está bien”, por si a alguien le queda algo de sensibilidad en el despacho de la plaza Mayor.

Porque sí, sabemos que la ley obliga a implantar una tasa por la gestión de residuos. Pero también sabemos que las leyes dejan margen para aplicarlas con cabeza. Y aquí se ha hecho de la manera más fácil: se aprueba una ordenanza, se reparten los recibos y se espera que el ciudadano asuma otra carga más con resignación.
Sin explicaciones claras, sin debate público y sin detallar cómo se ha calculado lo que vamos a pagar.

En mi carta, que he registrado formalmente en el Ayuntamiento, expreso algo que me parece de puro sentido común:

Si el servicio de basuras ya estaba incluido en los presupuestos municipales —que se financian con el IBI que todos pagamos—, ahora que se cobra aparte, lo lógico sería descontar del IBI el mismo importe.
Lo contrario es una doble imposición en toda regla.

No puede ser que el Ayuntamiento diga que “no hay más remedio” que cobrarnos esta tasa, mientras mantiene sin tocar el resto de impuestos. Cumplir la ley no significa sangrar al contribuyente. Cumplir la ley también puede significar buscar fórmulas más justas, compensar al vecino, o al menos explicarle con transparencia qué se está haciendo con su dinero.

Lo que más molesta no es pagar, sino no saber por qué se paga tanto y para qué. Nadie nos ha enseñado la memoria económica que justifique el coste real del servicio. No sabemos cuánto cuesta recoger, transportar y tratar los residuos en Vila-real, ni cómo se ha calculado la cantidad que corresponde a cada vivienda. Todo se aprueba y se comunica como una obligación inevitable, y ya está.

Mientras tanto, los vecinos seguimos igual: pagando más por lo mismo, sin notar mejora alguna en la limpieza, en el reciclaje ni en la gestión.
Y encima, con la sensación de que si protestas, te dirán que “es por el medio ambiente”. Como si pagar más fuera la única forma de ser ecológico.

Ojalá el Ayuntamiento se tome en serio este malestar y reconsidere cómo aplica esta tasa. No se trata de hacer demagogia, sino de aplicar la justicia con un poco de empatía.
Porque gobernar no es exprimir al vecino: es escucharlo, explicarle las cosas y buscar soluciones equilibradas.

Yo ya he hecho mi parte presentando mi reclamación. Y animo a otros vecinos a hacer lo mismo. No se trata de montar una revolución, sino de recordarle al Ayuntamiento que los ciudadanos también tenemos voz.
Y que la paciencia, igual que el bolsillo, tiene un límite.

Instancia Ayuntamiento

domingo, 19 de octubre de 2025

El “basurazo” o cómo castigar otra vez al contribuyente

 Ya lo tenemos aquí. El famoso “basurazo” que el Ayuntamiento de Villarreal ha decidido implantar ya es una realidad. Una nueva tasa, otro recibo más, otra vuelta de tuerca al bolsillo del contribuyente, que parece ser la fuente inagotable de financiación para cualquier necesidad municipal. Se nos dice que es una imposición de Europa, que lo marca la ley, que “no queda más remedio”. Y uno ya está cansado de que siempre sea así: que nunca quede más remedio que pagar más.

Lo curioso es que cuando se trata de subir impuestos o inventar nuevas tasas, la eficacia municipal se dispara. No hay estudio, comisión o trámite que se resista. Pero cuando se trata de ajustar el gasto, de eliminar duplicidades, de reducir sueldos o de hacer que el dinero público rinda más, entonces el ritmo se vuelve desesperadamente lento. El ciudadano, mientras tanto, ve cómo cada año paga más y recibe lo mismo… o incluso menos.

El nuevo “impuesto de la basura”, con toda su envoltura de sostenibilidad y reciclaje, se presenta como un avance ecológico. Pero detrás de los discursos se esconde lo de siempre: más carga fiscal para el vecino. Que si el tratamiento de residuos cuesta mucho, que si hay que cumplir con Europa, que si “el que contamina paga”. Todo eso suena bien en teoría, pero en la práctica lo que tenemos es que pagan todos por igual, contaminen o no. Paga lo mismo el vecino que separa, recicla y usa el ecoparque, que quien tira todo mezclado. Y eso, además de injusto, es profundamente desmotivador.

La realidad es que esta tasa podría haberse planteado de otro modo, sin perjudicar más a las familias ni asfixiar a los pequeños negocios. Por ejemplo, deduciendo del IBI el importe equivalente al “basurazo”. Al fin y al cabo, el servicio de recogida de residuos ya estaba incluido dentro del presupuesto municipal, que en buena parte se financia precisamente con el IBI. Si ahora quieren cobrarnos aparte, lo lógico sería que redujeran la contribución en la misma cantidad. Pero claro, eso no interesa, porque el Ayuntamiento se acostumbró a ingresar y difícilmente renuncia a nada.

Y es que la sensación general es la de un abuso silencioso. No hay debate público, no se pregunta al vecino, no se explica con claridad cómo se calcula el coste ni cuánto se recaudará. Simplemente se aprueba, se anuncia que es “obligatorio” y se da por hecho que todos tragarán. Y mientras tanto, quienes gobiernan siguen repitiendo el mantra de la responsabilidad ambiental, como si eso justificara todo. Pero no: ser sostenible no puede ser sinónimo de pagar más.

El ciudadano de Villarreal ya soporta bastantes impuestos y tasas: el IBI, el agua, la luz, el impuesto de circulación, vados, IAE, ocupación de vía pública… y ahora también el “basurazo”. Todo suma. Y lo peor es que, cada vez más, la gente siente que el esfuerzo no se ve recompensado. Que las calles están igual o peor, que el reciclaje no mejora, que la limpieza no luce y que el dinero desaparece en una maraña de burocracia y promesas incumplidas.

Ojalá algún día el Ayuntamiento entienda que gobernar no es apretar al contribuyente, sino buscar soluciones inteligentes. Hay maneras más justas de cumplir la ley y mantener el equilibrio presupuestario sin exprimir al vecino. Pero para eso hace falta voluntad política, empatía y un poco de sentido común. De lo contrario, seguiremos igual: con un recibo más en el buzón y la sensación amarga de que el ciudadano siempre paga los platos rotos.

Bruselas desmiente al Gobierno

domingo, 5 de octubre de 2025

Volteo de campanas, al finalitzar la misa de la Fiesta Principal de la asociación de Hijas de María del Rosario

Siempre hemos pensado a la hora de mostrar nuestro pueblo el hacerlo por medio de imágenes, pero también hay sonidos que nos recuerdan a él, sobre todo si sé tiene un sentimiento tan fuerte como el que puedan tener las asociadas, tanto 'rosarieres' como 'puríssimeres'.

Hoy he pensado que estaría bien plasmar estos cinco minutos del vuelo de las campanas, al finalizar la misa de la Fiesta Principal de la asociación de Hijas de Maria del Rosario, sobre todo por aquellas que puedan escucharlo lejos de nuestro pueblo y que seguramente las emocionará.



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