Corregidme, por favor.
Los medios de comunicación no dejan de bombardearnos con el tema de la desbordada inflación en la que nos encontramos.
Supongo que sabéis que la inflación se produce cuando los precios de los productos se incrementan más que los salarios, lo que hace que, con una misma nómina se puedan adquirir menos bienes y servicios.
Esto se produce cuando hay una fuerte demanda, que incluso puede superar la oferta, lo que aprovechan las empresas para subir sus precios.
¿Cómo se combate esta tendencia? Pues, evidentemente, frenando la demanda y para ello hay que retirar dinero del mercado, frenando la economía para que los precios, no solo detengan la subida, sino incluso que bajen.
Para ello es fundamental retirar parte del dinero que hay en circulación. Hay que tener mucho cuidado con estas medidas para no parar la economía, solo ralentizarla.
¿Que herramientas existen para actuar sobre la economía en este sentido?
Por una parte incrementando los tipos de interés por parte de los Bancos Centrales, tanto europeos, como nacionales.
Todo este movimiento de dinero a un precio más elevado frena la economía, ya que por una parte, el acceso al crédito por parte de las familias se ve muy limitado y por otra, las familias ahorradoras, ven interesantes guardar este ahorro en cuentas remuneradas, en lugar de gastarlo tan alegremente.
Menos consumo implica retención o bajada de precios.
Por otra parte, el Gobierno dispone de la herramienta de los impuestos, ya que si graba el consumo, este también se frena, con el mismo resultado sobre los precios.
Y por último, para lo que aquí se pretende, también puede intervenir directamente en los precios.
No vamos a entrar en exponer las consecuencias de aplicar cada una de esta medidas, ya que esto se haría demasiado largo, pero es fácil entender que ante un entramado tan grande como lo es la economía de un país, cualquier exceso o defecto en la aplicación de las mismas, puede llevar a desestabilizarla y ser peor el remedio que la enfermedad.
No es fácil, pero algo hay que hacer y los partidos políticos no se ponen de acuerdo. Unos pretenden bajadas de impuestos, otros, incremento de salarios, entre otras medidas. Pongo esos dos ejemplos porque, según lo visto anteriormente, ambas medidas, por si solas, son contrarias a la frenada de la inflación, y los pobres contribuyentes, aplaudimos una u otra medida, sin darnos cuenta que si la inflación sigue incrementándose, ambas medidas, a la postre son malas, ya que por más dinero que tengamos en nuestro poder, nunca podremos seguir llenando la cesta de la compra con los mismos productos que cuando la inflación estaba a niveles adecuados.
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