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jueves, 14 de mayo de 2020

La crispación en la sociedad actual

Estaba pensando en la deriva que esta tomando la sociedad hacia la crispación y la discordia y me pregunto a que se debe esto.

Veo que, en general todo gira alrededor de la política, los políticos y sus medidas de cualquier índole. Da lo mismo que sean económicas, sociales, sanitarias, fiscales,… Siempre hay gente a favor y gente en contra, y lo que es peor, gente que se dedica a encender los ánimos de unos y otros para que las discrepancias se conviertan en enfrentamientos, de momento dialécticos y esperemos que, como mucho, queden en eso.

Políticos siempre los ha habido, en el gobierno y en la oposición, pero estas confrontaciones a cara de perro que hay en la actualidad, nunca se había vivido, ni en el senado, donde se supone que debe haber personas con una valía y educación sobre la media, ni en la calle, donde cada uno comenta con sus grupos de amigos, con los que se supone que no puede, ni debe, ni quiere discutir.

¿Qué nos lleva a tomar partido hacia uno u otro lado, como si la vida nos fuera en ello?

Entiendo que el primer factor es la educación. La educación suele llevar aparejado el respeto hacia los demás, y una y otro, nos permitirán plantear nuestras ideas y defenderlas frente a las opuestas, pero siempre dentro del marco que los delimita. Es decir, no saltaremos la frontera del respeto y si viene el caso de tener que hacerlo, preferiremos dejar el debate. La categoría del debatiente es llegar lo más lejos posible es su defensa sin faltarle al contrincante, ni siquiera a las terceras personas de las que se puede estar hablando.

Si esto lo tenemos asumido, ni siquiera el siguiente factor nos debería alterar.

El segundo factor serían los estímulos externos. Aquí englobaríamos en primer lugar, como más increpante, las redes sociales y en segundo lugar las fuentes de información tendenciosas. Es decir, la prensa y la televisión marcadas por un color político al que defienden por encima del bien y del mal.


Es normal que toda persona tenga una tendencia política, por la educación recibida, por su experiencia, por su economía, incluso por sus creencias religiosas, esta ideología, que está latente en la persona, en ocasiones, necesita de muy pocas chispas para tomar calor y prender.

Las noticias subjetivas en periódicos, radio o televisión, nos ponen la caldera a punto de ebullición, pero son las redes sociales, las que suman el punto de calor que las hace estallar. Esto, añadido a la posibilidad de contragolpear rápidamente, nos pone en bandeja el cuadrilátero donde lidiar el combate contra quienes piensan diferente.

Y como los ejemplos que vemos en los programas de debates de la caja tonta, no son mejores, aun nos envalentonamos más y somos capaces de proferir los insultos más rebuscados e hirientes.

Visto lo visto, no me gustaría que esto sirviera para justificar los malos modos en los debates, más bien quisiera que, conocido el origen del problema, fuéramos capaces de sortear las puyas que nos puedan lanzar y responder con conocimiento, sabiduría y humildad.

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