En la actualidad tengo
prácticamente 57 años. Digo ‘prácticamente’, porque técnicamente tengo 56 hasta
el día 29 de junio.
Durante estos años he vivido una vida que me atrevería a
calificar de feliz.
Estudié en la Consolación de
pequeño, después en el Cervantes, Instituto Francisco Tárrega, Escuela Normal
de Magisterio; viví durante la época del Caudillo, la transición a la
democracia con Juan Carlos I y ahora la abdicación y coronación del nuevo rey
Felipe VI.
Durante todos y cada uno los
diferentes episodios en que podríamos dividir estos años, habrá habido, como en
todas las vidas, momentos más buenos y momentos más malos, pero hoy, cuando
echo la vista atrás, apenas recuerdo los malos.
Dicen que es un mecanismo de defensa
que tiene el cerebro para bloquear los recuerdos que pueden provocar ansiedad.
Creo que lo llaman regresión, pero no me hagáis mucho caso de los términos
psicológicos.
El caso es que con esto del
Facebook hay personas que la parecer solo recuerdan los hechos históricos que
han marcado negativamente nuestra sociedad, y cada onomástica de los mismos se
empeñan en recordárnoslos, además lo hacen con las frases e imágenes precisas
para hacer renacer los rencores u odios de los que ya lo tenían superado,
incluso para provocarlo en los que nunca o tuvieron.
Además, es curiosa la forma que
tienen de generalizar, como si toda la sociedad pensáramos como ello. No se si
es que realmente creen que todos les apoyamos, o que necesitan pensar que así
es para no sentirse unos bichos raros al sentir unos rencores sobre temas que
nadie recuerda y que en muchos casos ni siquiera quieren hacerlo.
Está claro que la historia nos
enseña lo que no debe volver a ocurrir y que su conocimiento es, si no
imprescindible, al menos aconsejable, pero sin odios.
La mayoría de las veces estamos
recordando circunstancias que nada tienen que ver con las actuales, realizadas
por personas que ni siquiera viven. ¿Como vamos a odiar a sus descendientes o a
los que piensan como ellos? Podemos intentar convencerlos de sus errores, pero
en un coloquio sobre el tema, pudiera ocurrir que fuéramos nosotros los
convencidos del error de nuestras ideas.
Donde quiero llegar es que, si se
quiere, se recuerden los hechos históricos de un modo aséptico, como si no
fuera con nosotros, sin levantar rencores, y que si es posible se recuerden más
las fechas buenas frente a las malas y sobre todo que no se generalice.
Ya veis que no he puesto ningún
hecho en concreto para no ofender a los que los pregonan, pero cada cual ya
sabe lo que cuelga en Facebook.
4 comentarios:
Desgraciadament, amic Pedro, la història està plena de fets lamentables i, per això mateix (com sempre dic als alumnes), recordar-los també ens ajuda a ser optimistes i vore com, malgrat tot, la societat continua avançant. Els nostres pares han viscut millor que els nostres iaios, nosaltres millor que els pares i, ara, esperem que els nostre fills visquen millor que nosaltres... Jo també he tingut una infantesa molt feliç i personalment no me queixe de res, però quan parlem de memòria històrica estem parlant d'altres coses que, per desgràcia, tenen molt més clar els alemnays, els francesos i altres pobles on se valora molt més la cultura i la història que al nostre.
Antes de res, amic Toni, gracies pel teu comentari, saps que sempre son benvigudes les opinions d'experts en historia, en este cas.
Estic completament d'acord que l'historia en ensenya i en conseqüència cal conéixer-la, però jo de lo que em queixe es del fanatisme que alguns posen a l'hora d'explicar-la, o de recordar-la, com volent que tots pensem igual, cosa totalment impossible. Els que l'hau estudiat en profunditat, expliqueu-la, però, a pesar de la vostra inclinació cap a un o altre costat, intenteu no ficar-li l'accent massa marcat. Que cada un interprete i es posicione al costat que vullga.
Ojo con lo que dices Pedro, o algunos que entran sin pagar en casa de todos te cerrarán las puertas de la suya.
Pero comprendo bien lo que dices y por qué.
El concepto de "memoria histórica", plausible para compensar digna y moralmente errores y tragedias del pasado reciente, también es usado para hurgar en asuntos remotos con el fin de magnificarlos, mitificarlos y manipularlos con el propósito de rentabilizarlos políticamente. Coincido contigo en que la labor del historiador honesto ha de ser objetiva y sin partidismos, estrictamente científica y cultural, y ayudando a que quienes no han accedido a determinados conocimientos del pasado tengan de ellos una visión de conjunto que les permita sacar sus propias conclusiones.
Lamentablemente estamos sembrados de fanáticos investidos de historiadores, jaleados con disfraces, pólvora, teatrillos, tabal y dulzaina, banderolas y dinero público.
Gracias Llamborda por le consejo, me considero amigo de todos y no quisiera que mis comentarios me cerraran puertas, sino más bien que me las abrieran, o al menos que me abrieran más de las que me cierran.
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