Hoy una persona que quería hacer una fiesta de graduación (teniendo
en cuenta que estamos en junio, no es algo disparatado) buscando artículos en
Internet, ha encontrado a muy buen precio lo que buscaba y ha visto que este
tipo de artículos los podían comercializar en nuestra ciudad en una tienda de
disfraces y artículos de fiesta muy conocida, aunque a un precio algo más
elevado.
A fin de darle a ganar a la
tienda esta suma de dinero, ha ido directamente allí y se ha encontrado con que
en la misma no tenían NADA para este tipo de fiestas (esas cosas pasan); les ha
pedido por favor si lo podrían pedir por catálogo pero se han negado
rotundamente alegando que no encontrarían nada.
Tras insistir, en la tienda han
preguntado por la cantidad que se necesitaría, y al tratarse de no más de 20
artículos, se ve que por volumen tampoco les interesaba y se han vuelto a
negar.
Muy decepcionada y con la
impresión de que no han querido ayudarla, esta persona a decidido darle la
oportunidad a una tienda similar situada en el C.C. Salera y se ha encontrado
con una dependienta que no sólo a rebuscado en el almacén, sino que viendo que
no encontraba lo que buscado, lo ha intentado por Internet, y puesto que es
una franquicia y solo podía buscar en su propia página web, no ha habido
suerte, pero la clienta sabe que en cualquier otra situación similar volverá a
acudir a esta otra tienda y no a la primera.
Visto esto, de nada valen las
campañas orquestadas para que compremos en nuestra ciudad, si los propios
comerciantes no hacen nada por satisfacer a los clientes que aun tiene la
voluntad de hacerlo.
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