Durante estos días he tenido la ocasión de moverme un poco
por la zona de los Pirineos y un vez allí, no he podido resistirme a visitar
Lourdes.
Era un lugar donde nunca había
estado y que deseaba conocer, así que aunque estaba un poco fuera de la ruta
prevista, decidimos destinar unas horas para acercarnos hasta allí.
Cuando llegamos a la población de
Lourdes, buscando el Santuario, ya me llamó la atención la cantidad de negocios
de todo tipo que se han montado aprovechando el número de visitantes que llegan
a la población.
Una vez en el mismo, supongo que
debido a la hora que era, la verdad es que había muy poca gente, así que
pudimos visitarlo sin ningún tipo de agobios; por cierto, tengo que decir que
es precioso.
La poca gente que había se
congregaba frente a la cueva donde dicen que se apareció la Virgen. Gente llena
de Fe que, de rodillas o sentados en los bancos que hay al efecto, elevaba sus
plegarias.
Tras esta visita nos dedicamos a
recorrer las tiendas donde se venden todo tipo de artículos relacionados con la
Virgen, desde envases para llenarlos de agua, cirios, rosarios, benditeras,
pañuelos, camisetas,.... y un largo etc. . Dado que la mañana iba concluyendo y
debíamos regresar a nuestra ruta prevista, decidimos comer antes de irnos para
no tener que parar por el camino y aprovechar mejor la tarde, así que buscamos
un restaurante, lo que nos llevó a la segunda sorpresa, ya que también los
había para ir y vender.
Terminada la comida y de regreso
al coche vimos mucha gente, acercándose al Santuario, unos, jóvenes, cantando
sus canciones, otros mayores paseando, muchos enfermos arrastrados en sus
sillas de ruedas por voluntarios, enfermeras o monjas.
Por lo visto había una misa
porque la explanada se comenzó a inundar de personas que no se de donde
salieron, dado que unas horas antes apenas había nadie. Esto me hizo deducir la
cantidad de hoteles que también debían haber para poder albergar a tanto
peregrino.
Tras la narración de la visita,
viene la reflexión que da título a este escrito. Si nosotros que solo estuvimos
unas pocas horas nos dejamos alrededor de 20-25 eu por persona, ¿Cuántos
millones se dejaran cada años los miles de peregrinos que llegan a la ciudad?.
No entro a valorar el tema
religioso (cada uno tiene sus creencias), pero si que digo que si la religión
no existiera, habría que inventarla. Hay que ver la gran cantidad de enfermos
que se acercan buscando el consuelo de la Virgen y porque no, el milagro que
rara vez ocurre. Habrá quien dirá que no existen los milagros, que todo tiene
alguna explicación. No entraré en discusiones sobre este tema, pero la gente
que acude, seguro que cree, y si no fuera por la Fe igual ya se habría colgado.
Altar dedicado a San Pascual en la entrada al Santuario de Lourdes. |
Nosotros, sin pretender ser como
Lourdes, tenemos un santo patrono, conocido y querido en muchas partes de
mundo, al que se le atribuyen también numerosos milagros y aunque el turismo
religioso da la impresión que nace de forma espontánea, no nos engañemos,
siempre hay quien lo promueve de manera intencionada para beneficiarse de él.
Frente a esto, se plante la pregunta: ¿Por qué no somos capaces de explotar la
vertiente religiosa para atraer a Villarreal turistas movidos por la Fe?.
No se trata de mentir sobre
falsos milagros, ni falsos golpes, sino de publicitar los que se hayan
documentado a lo largo de la historia y facilitar la llegada de devotos.
Al final, supongo que se trataría
de una campaña publicitaria de las muchas que se orquestan para la venta de un
producto, en este caso la Basílica y la figura de San Pascual.
Seguro que si se oferta y se
publicita adecuadamente algo se consigue y por poco que sea, siempre será más
que ahora y si se persevera, quien sabe si algún día los ingresos por turistas
suponen un buen pellizco para nuestra ciudad.
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