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miércoles, 11 de enero de 2017

La renta básica.

Mucho se está hablando en los medios de comunicación sobre las propuestas de algunos grupos políticos de establecer una renta básica para todas las personas que no tienen ningún tipo de ingreso, incluso algunos hablan de complementar los salarios que no lleguen al mínimo interprofesional para que, al menos, alcancen esta cantidad.

En mi modesta opinión que quizá no sea la más válida, porque hoy por hoy tengo la vida resuelta, y este tema lo veo desde una perspectiva de comodidad, pienso que, efectivamente, una sociedad que se precie de ser adelantada, como lo pretende la española en particular y la europea en general, no puede consentir de ningún modo que una persona pase penurias alimentarias, o frío en invierno por no poder costarse los gastos que ello conlleva.



Este tipo de sociedades debería garantizar unos ingresos mínimos a estas personas, que les permitieran una subsistencia.

Pero esto tiene un peligro para la sociedad, y es que si dicha renta permite una vida mínimamente digna, "para qué voy a trabajar si igual voy a cobrar", con lo que se perdería el estímulo que históricamente ha hecho progresar a estas sociedades.

Quiero decir con ello, que la renta básica debería ser tan 'básica' que a sus beneficiarios les siguiera interesando más trabajar que cobrar esas miserias.

Es más, la renta, o al menos, toda la renta, quizá no debería cobrarse en efectivo, sino más bien en especies. Es decir, deberían tener el recibo de la energía, para guisar, agua caliente y estufas gratuito, la educación, con sus libros y la salud gratuito y unas cantidades para la alimentación y vestidos.



Lo que no veo ético, y no quiero decir con ello que no tengan derecho, pero los vicios que se los pague cada cual, es que se les de una cantidad por caridad para que no se mueran de hambre y luego vayan haciendo alardes de objetos de consumo que muchos de los que nos ganamos o nos hemos ganado el pan con nuestro esfuerzo, no podamos permitirnos.

Y no es que tenga envidia, precisamente ese es un mal del que no padezco, pero salvo en contadas ocasiones, y dado el nivel de bienestar del que tradicionalmente hemos gozado (a pesar de todo lo que os queráis quejar), el que no ha conseguido ser más en la vida es por que no le ha puesto el empeño necesario. Quizá es ahora cuando más jóvenes bien preparados vemos sufriendo los resultados de una crisis que no termina, pero no tengo dudas de que estos serán los primeros en aprovechar las oportunidades en cuanto surjan. También es cierto que en un mercado laboral global, como el que inevitablemente se está creando, estas oportunidades igual no aparecen al lado de casa y hay que buscar por el mundo para encontrarlas.

En resumen, lo que quiero que entiendan es que, en mi opinión: Renta si, pero despilfarros ni uno, que a la postre sus rentas las pagaríamos entre todos, y la caridad cada uno tiene la que tiene y la administra como quiere.

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