Defensor del vecino

Allá por el mes de Junio, concretamente el 23/06/16, el periódico Mediterráneo daba la noticia de que en Septiembre se elegiría el Defensor del vecino.

Esta es la hora que de dicho Defensor aun no se sabe nada, al menos yo no he leído nada al respecto.

Entiendo que no habrá habido demasiados candidatos donde elegir, y menos aun, sabiendo que el cargo no estaba remunerado.

El caso es que esta sería a enésima propuesta, por no llamarla 'promesa', que el partido en la alcaldía deja sin cumplir.

La mayoría caen en saco roto y nadie se acuerda de ellas, así que el alcalde queda muy bien cuando las promete, pero nadie le pide explicaciones, cuando no las cumple.

En este caso, me he acordado porque ahora nos vendría muy bien alguien que tuviera hilo directo con el Sr. Benlloch para pedirle explicaciones sobre la subida del IBI que anuncia para el próximo año (y esta no se le va a olvidar), y proponerle otra serie de medidas de ahorro, para no verse obligado a subirlo.

Todos tenemos 'in mente' la compra del Gran Casino, que el consistorio no necesita para nada, o las inversiones en infraestructuras deportiva, que si bien en cierta medida son buenas y aconsejables, en este caso entiendo que se han pasado cuatro pueblos, como se suele decir. Seguro que por poco que nos paremos a pensar se nos ocurren otros despilfarros que en tiempos de crisis deberían ahorrarse.

Estoy hablando contra el actual equipo de gobierno, porque el anterior inició la mayoría de lo que después resultaron fiascos urbanísticos, en una época que parecía que se ataban los perros con longanizas y quizá no acertaron a ver que esto se iba todo al garete y que no habría quién pudiera cumplir con los pagos, pero ¡suspenso para ellos también!.

El caso es que, una vez el daño hecho, no sigamos hurgando en las heridas y pongamos parches en lugar de seguir agrandándolas, con la esperanza que el hecho de echarles la culpa a los otros, nos libre a nosotros de la nuestra.

Tan culpables son unos como otros, por ello, a ver si paramos de gastar lo que no tenemos y dejemos el IBI como está, o si las circunstancias lo permiten, bájenlo un poco. El pueblo lo agradecerá.